Si yo diría playas idílicas y silvestres colombianas, ¿en qué pensarías? ¿En el Caribe y El Parque Nacional Tayrona? Claro que sí, pero tu respuesta no debería resumirse sólo a eso. Colombia tiene también para ofrecer una maravillosa costa del Pacífico. La región situada entre Nuqui y Bahia Solano es muy tranquila y muy acogedora para turistas. Estoy en el camino para cinco pequeños hoteles. Bueno, en verdad se trata más de cabañas y habitaciones en casas de huéspedes, todas muy tradicionales. Después de haber aprovechado el sabor de los deliciosos tipos de café Manizales y Armenia, vuelvo a beber agua de coco (“el agua de pipa”). Esta es mi bebida favorida, que extrañaba mucho después de no haber tenido la posibilidad de beberla desde mi última estancia en la Costa del Pacífico, donde pasé un mes y medio, en una playa de Panamá.
Como llegar a Chocó, Pacific Coast
Choco Pacific Coast es una isla tropical con playas maravillosas, palmeras y precios muy altos. Sí, los precios son muy elevados porque las dos aldeas más importantes de la región, Nuqui y Bahia Solano se encuentran escondidas detrás de hectáreas de selva tropical, lo que hace que las dos impresionantes zonas de la isla no sean nada fáciles de alcanzar. Para llegar allí, es necesario tomar el avión (vuelo charter que resulta ser bastante caro) o el barco, que puede ser una buena alternativa para las personas más aventureras. Hay un buque de carga que sale de Buenaventura con destinación Nuqui, semanalmente o dos veces a la semana y que ofrece la posibilidad de, a cambio de más de 100.000 pesos, reservar un lugar en una pequeña cabina que parece un dormitorio básico donde puedes descansar durante las 24 horas del viaje.
Estoy segura que los que me conocen adivinaron cual ha sido la alternativa que escogí: el barco, ¡claro! Me pareció haber sido una buena opción, pero hubieran personas que me dijeron que: “El Puerto Buenaventura no es recomendado para una chica que no está acompañada. El viaje dura muchas horas, no es nada cómodo y hay también que pensar en el costo del viaje de Cali hasta Buenaventura”. Les repliqué que esta opción es la más barata (casi mitad del precio de las otras alternativas) y que, independientemente de los incomodos, esta experiencia sería genial e inolvidable.
¿Cómo he llegado a Nuqui?
Hayda, el gerente de La Cachamera Hotel, donde me quedé el mes pasado, me presentó a Josefina Klinger durante el ANATO show que atendí durante mi visita en Bogotá. Josefina ganó el premio CAFM Mujer del año por su papel importante en el desarrollo de un proyecto de turismo comunitario en la zona de Chocó. Josefina me invitó a visitar el Parque Nacional de Utria, para averiguar más sobre su proyecto Mano Cambiada. Me encantaría poder hacer ese viaje, pero desafortunadamente el precio del vuelo no me permitió aceptar la invitación de ella. Tengo presente esta idea y cuando tendré la posibilidad de viajar para Choco, seguramente voy a aprovecharla para ir al Parque.
Pocas semanas después, me encuentro en el maravilloso cafetal/ casa de huéspedes Hacienda Venecia. Juan Pablo, propietario y gerente, quería contratar alguien para el departamento de marketing y me ofreció la posibilidad de quedarme como miembro del equipo. Lamentablemente, por el momento no puedo aceptar su oferta, necesito enfocarme en mi proprio proyecto. No obstante, si él quisiera darme un pequeño apoyo con el billete de avión, me encantaría volver para quedarme algunos días como preparador para su nuevo aprendiz. ¡Me parece una excelente oferta! El solamente tiene que pagarme el billete, a cambio de tres días de formación.
Tanto Juan Pablo, como también Manuel (el propietario de otro cafetal y hotel donde me hospede, Hacienda Combia) conocen a Isabelle, la dueña de otro hotel local, Bahia Solano. Ellos la llamaron para presentarle mi proyecto y ella aceptó pagar mi billete de vuelta y cuidar de todo, para que pueda ayudarla con las actividades de marketing necesarias para el desarrollo de un sector turístico sostenible.
¡Estoy muy afortunada! Muchísimas gracias Juan Pablo, Manuel, Isabelle y Josefina, sin vuestra ayuda nada de esto hubiera sido posible.
La primera noche en el Nuqui Mar Hotel
Después de un vuelo chárter en un avión muy pequeño (que solo tenía lugar para 5 personas), y que duró 45 minutos, llegué finalmente a Nuqui. Josefina ya tenía organizado mi estancia y había preparado un programa completo, que incluyó la visita de tres otras “posadas” antes de ver su proyecto Mano Cambiada, en el Parque Nacional de Utria. El único incomodo fue que llegué a Nuqui el Domingo y los Domingos nadie viene a la playa Guachalito.
Reunión tras reunión…pero Antonio, Nora y yo conseguimos finalmente encontrar el Nuqui Mar Hotel donde me ofrecieron una cama y comida a cambio de la edición de un video corto sobre el hotel. Nora me invitó para juntarme a ella y a sus amigos para ver la impresionante puesta del sol en una playa donde tuvimos que ir de barco. ¡Un excelente comienzo de mi aventura!
Traducido por Ruxandra Matei